Cáncer de vesícula biliar

Visión general

El cáncer de vesícula biliar es un tipo de cáncer que comienza en la vesícula biliar (un órgano pequeño con forma de pera en el lado derecho del abdomen humano, debajo del hígado).

La vesícula biliar pertenece al sistema biliar y sirve como reservorio para la bilis, que se produce en el hígado y es necesaria para la emulsión de grasas en el tracto digestivo. Cuando se detectan grasas en el duodeno, este órgano recibe una señal molecular que lo hará contraerse rítmicamente y, por lo tanto, liberará el contenido en el conducto biliar común y, finalmente, drenará hacia el duodeno. Este proceso es muy importante para asegurar una absorción adecuada de las grasas detectadas inicialmente y también porque las sales biliares liberadas desempeñarán un papel fundamental en la eliminación de la bilirrubina (un producto del metabolismo de la hemoglobina) del organismo.

El cáncer de vesícula biliar no es muy común. La mayoría de los cánceres detectados son adenocarcinomas, desarrollados en células con propiedades similares a las glándulas, pero también hay otros tipos de cáncer que deben tenerse en cuenta.

Tipos de cáncer de vesícula biliar

Los médicos dividen el cáncer de vesícula biliar en dos grupos principales, tales como:

  • Adenocarcinomas. Representan el 90% de los casos diagnosticados. El adenocarcinoma papilar o simplemente el cáncer papilar es un tipo de adenocarcinoma de vesícula biliar que merece una mención especial. Cuando se ven con un microscopio, las células de estos cánceres de vesícula biliar se organizan en proyecciones similares a dedos.
  • Otros tipos de cáncer, como los carcinomas adenoescamosos, los carcinomas de células escamosas, los carcinomas de células pequeñas y los sarcomas, pueden desarrollarse en la vesícula biliar, pero son poco frecuentes.

Factores de riesgo

Una serie de factores pueden aumentar el riesgo de cáncer de vesícula biliar. Algunos factores de riesgo pueden controlarse teniendo un estilo de vida más saludable, mientras que otros no se pueden tratar, como por ejemplo, los antecedentes familiares.

  • La presencia de cálculos biliares
  • Condición de la vesícula biliar de porcelana
  • Género femenino
  • Obesidad
  • Edad avanzada
  • La presencia de quistes de colédoco
  • Anormalidades en los conductos biliares
  • La presencia de pólipos de vesícula biliar
  • Estado de la colangitis esclerosante primaria
  • Infección crónica de salmonela
  • Historia familiar

Signos y síntomas

A pesar del hecho de que la mayoría de los cánceres de vesícula biliar no causan ningún síntoma hasta que se han diseminado demasiado para curarse, los pacientes con cáncer de vesícula biliar temprano pueden tener alguno de los siguientes síntomas:

  • Dolor abdominal, particularmente en la porción superior derecha del abdomen
  • Distensión abdominal
  • Comezón
  • Fiebre
  • Pérdida de apetito
  • Perder peso sin intentarlo
  • Náusea
  • Coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos (ictericia)

Prognosis

Al igual que con muchos otros tipos de cáncer, el resultado depende de qué tan avanzado esté el cáncer cuando se diagnostica. Desafortunadamente, para la mayoría de las personas, la vesícula biliar no tiene una perspectiva muy buena. Para las personas que tienen cáncer en el revestimiento de la vesícula biliar, el 80% sobrevive durante 5 años o más después del diagnóstico. Sin embargo, en el caso de que el cáncer se haya diseminado en el músculo (etapa I), solo 50 de cada 100 sobrevivirán durante 5 años o más después de su diagnóstico. Debido a la dificultad de detectar este tipo de cáncer, solo un poco más de 25 de cada 100 de las personas con supervivencia sobreviven durante 5 años o más después de ser diagnosticadas. Menos de 10 de cada 100 personas con cáncer de vesícula biliar en etapa III o IV sobrevivirán durante 5 años o más.

Diagnóstico de cáncer de vesícula biliar

IMPORTANTE: EL DIAGNÓSTICO PRECOZ DEL CÁNCER ES DE VITAL IMPORTANCIA DEBIDO A QUE UN CÁNCER DIAGNOSTICADO EN UNA ETAPA TEMPRANA ―ANTES QUE HAYA CRECIDO DEMASIADO O SE HAYA PROPAGADO A OTRAS ZONAS DEL CUERPO―, TIENE MAYOR PROBABILIDAD DE SER TRATADO CON ÉXITO. POR CONTRA, SI EL CÁNCER SE HA DISEMINADO A OTROS ÓRGANOS, SU TRATAMIENTO SE HACE MÁS DIFÍCIL, Y GENERALMENTE LA PROBABILIDAD DE SUPERVIVENCIA ES MUCHO MÁS BAJA.

Estado del arte

En el pasado, se han usado diferentes tipos de sistemas de detección con el propósito de detectar este tipo de cáncer (como los análisis de sangre) diseñados para evaluar la función hepática y las técnicas de imagen. Sin embargo, estos sistemas son inherentemente limitados. En primer lugar, este órgano está en lo profundo del cuerpo y, por lo tanto, los cánceres apenas se pueden ver. En segundo lugar, la fiabilidad de los análisis de sangre mencionados anteriormente no es lo suficientemente alta y, por este motivo, no deben tenerse en cuenta.

En conclusión, en la actualidad, este tipo de cáncer no se puede detectar adecuadamente en las etapas iniciales debido a las limitaciones ya explicadas y, por lo general, se encuentran solo después de que el cáncer haya crecido lo suficiente como para causar signos o síntomas.